martes, diciembre 04, 2007

DIARIO DE UN ANTIMENFOTISTA 23 - sucopop y la represión contra el hip hop

(pongo el "diario de un antimenfotista 23" antes que el 22 por la urgencia del tema, ya que hoy es martes y se celebra la sesión de freestyle a la que este artículo también es llamamiento, que nos han tocado los cojones otra vez, fotre)

publicado en La Verdad de 29 de Noviembre de 2007

SUCPOP…Y LA REPRESIÓN CONTRA EL HIP HOP

Iba a dedicar esta columna a la Semana Universitaria de Cultura Pop (S.U.C.POP), que se ha celebrado esta semana, por reconocerla y por echarle un capote a Enric Bas y su equipo (los ínclitos y antimenfotistas Lazy Lads, entre los cuales tengo la suerte de que me incluyan por mi participación en ediciones anteriores que espero retomar en el futuro). Año tras año ofrecen una entretenida propuesta sobre la cultura popular, el pop y el rock y, desde los últimos años, unos actos más académicos en torno a las últimas tendencias y al papel de los Cool Hunters (o cazadores de esas tendencias). Este año SUCPOP ha sido más humilde y se ha limitado a un ciclo de cine y a una mesa redonda, todo ello en torno al tema de la Diferencia Social de los “outsiders” o “freaks” que no encajan con masa o con los gustos (culturales, políticos…) de la mayoría. Aunque el concierto sorpresa en Confetti sala de ayer Jueves dio que hablar…

Me van a tener que perdonar Enric y los Lazy Lads que no les dedique más espacio porque el día antes de ponerme a escribir la columna ha ocurrido un hecho que me ha cabreado. De esas cosas que te da la sensación que solo pueden pasar en Alicante, cuando vemos que el poder ataca una manifestación cultural juvenil solo por existir, como si en esta bendita ciudad nos sobraran espacios de libertad cultural.

Hace unos meses titulé esta columna “cultura clandestina”. En ella quise dejar constancia de la reunión de Freestylers que cada martes por la noche se daba en un lugar de nuestras playas que no quise precisar. Era una convocatoria espontánea de seguidores, practicantes y curiosos de la cultura Hip-Hop en la que algunos de nuestros raperos formaban un círculo para improvisar rimas sobre una base musical (la modalidad de rap conocida como Freestyle). Comentaba entonces que la

Esta reunión semanal con arstistas emergentes y consolidados (como Cres, uno de los impulsores del encuentro) fue creciendo en número de espectadores y curiosos a cada convocatoria (porque ya les digo que el espectáculo merece la pena). Con la llegada del invierno, los encuentros se trasladaron de la playa al parking del Rico Pérez/Benacantil. Aquello parecía lógico: mejor alejarse del mar en invierno y mejor buscar una zona en la que sea absolutamente imposible molestar a ningún vecino un martes por la noche.

Pues bien: esta semana el Freestyle se vio violentamente interrumpido por la llegada de cinco coches patrulla de la policía nacional, que comenzaron a registrar a los participantes, a acosarlos y a intentar intimidarlos para que se disolviera tan espontáneo evento. Exactamente ¿De que se podía acusar a los freestylers? ¿De pertubar el orden público? ¡Vamos, hombre, por favor! Que hablamos de un parking en medio de la nada a kilómetros de viviendas. Ni la música estaba alta (tan solo lo suficiente para que los raperos siguieran el ritmo de la base), ni se estaba realizando botellón alguno salvo el consumo ocasional de alguna cerveza, ni se estaban realizando pintadas… ¿Hay alguna justificación posible al despliegue masivo de efectivos policiales y a los malos modos que tuvieron que sufrir los/as ciudadanos/as reunidos libremente aquella noche? Según estos, la policía acudió en plan redada de alcohol y drogras. ¿De verdad creían que 70 personas reunida en el Tossal un martes por la noche no tenían otra cosa que hacer que montar un botellón? Se debieron llevar un buen chasco, primero cuando su presencia no provocó una espantada, segundo cuando la gente colaboró con todas las peticiones de registro, cuando no apareció allí el alcohol esperado o cuando los “estupefacientes” a requisar no montaban más que tres chinas de porro y un pequeño bote de marihuana (sobre los cuales se levantó la pertinente acta de posesión, porque aquello no podía considerarse tráfico de ninguna manera). ¿Cómo se puede justificar tal despliegue de efectivos de un cuerpo de seguridad del estado? Los participantes intentaron seguir con sus círculos de Freestyle, improvisando esta vez bajo la atenta mirada de la policía, que perdió la ocasión para provocar comentando las rimas que a ellos les incluía (ahí algún participante se ganó una multa por pedir que les dejaran en paz de una vez).

La actuación de la policía, y de quien los mandara por allá, fue sencillamente vergonzosa y muy desafortunada. Fue un pensar que reunión espontánea de jóvenes = tráfico de alcohol y drogas, algo tan injusto, desafortunado y tópico como el peor racismo. El hip-hop es hoy en día el movimiento cultural con más seguidores y que más éxitos discográficos está dando a Alicante. Una cosa es que no tenga el reconocimiento que algunos le reclamamos, y otra es que encima se le criminalice, como se criminaliza en general el ocio juvenil. Los cuatro gilipoyas que empañan el buen nombre de este movimiento con pintadas fuera de tiesto o actitudes contrarias al respeto que propugna el hip-hop no pueden empañar su validez y sus valores. Yo el martes que viene estaré en el Freestyle, disfrutando de las rimas de nuestros poetas urbanos, reclamando el uso de un espacio público para un acto cultural y sin molestar a nadie. Esperamos que el ridículo de nuestras fuerzas de orden de esta semana no se repita. ¡Antimenfotistas del mundo, uníos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...
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danilefreak dijo...
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