jueves, junio 11, 2009

DIARIO DE UN ANTIMENFOTISTA 97 - Festival de Cine de Alicante

publicado en “La Verdad” de Viernes 4 Junio de 2008


EL FESTIVAL DE CINE DE ALICANTE



Este año, la organización del Festival de Cine de Alicante ha tenido la atención conmigo de invitarme a la inauguración del mismo. He de confesar que hasta ahora no había acudido a un acto de este festival en las cinco ediciones previas, sobre todo por compromisos profesionales (los gestores culturales, al igual que los Camellos, decimos aquello de “el que pasa no consume”, para referirnos a que, precisamente por organizar eventos culturales, nos cuesta asistir a todos los actos a los que nos gustaría ir). Este año los astros se han conjurado y, aprovechando la amable invitación, fui el Lunes al Teatro Principal para echar un vistazo por fin a un festival que está en vías de consolidarse. Quería tener elementos de juicio para, entre otras cosas, escribir esta columna y poder valorar lo que me gusta más y lo que me gusta menos de este festival.


Me llamaba la atención el hecho de que este año lo hayan dedicado al Cine de Terror y Fantástico. Hombre, si me lo ponen así, dedicando el festival a un tema tan Friki, tengo que ir. Y es que los frikis, los seguidores de la cultura alternativa (rol, comics, ciencia-ficción, cine fantástico…) estamos ganando la partida cinematográfica: Perdidos es hoy una serie que sigue el gran público, los taquillazas de Hollywood se basan en cómics, Alex de la Iglesia (uno de los nuestros) a punto de ser elegido presidente de la Academia del Cine Español… pero estoy divagando…


El lunes 1 de Junio, como decía, cientos de personas se agolpaban a la puerta del principal. Si se distraían se podían llevar un buen susto cuando alguno de los voluntarios caracterizados como zombies, psicópatas sanguinarios, novias cadáver y otras criaturas que pululaban por ahí les tocaran el hombro. Típica alfombra roja para medios y típicas fotos que se iban haciendo sobre el fondo de logos del festival los invitados de honor con las autoridades y el director del Festival, Vicente Seva. Del discurso inaugural de este último, extraje mis primeras impresiones del Festival: lo primero es que encontré algo que no me esperaba: Humildad. Las primeras ediciones del festival me habían parecido, desde fuera, demasiado grandilocuentes y algo pretenciosas. El discurso de Vicente, uno de estos valores de la cantera de cortos alicantina que no acaba de dar el salto al largo, se centraba en presentar el festival como netamente alicantino, movido sin ánimo de lucro e impulsado por la inquietud cultural de la organización, reconociendo que no se puede comparar a festivales consolidados del panorama nacional, pero a los que quiere parecerse y en cuyo lugar se ha ido haciendo un hueco (algo de esperar tras 6 ediciones). Agradeció el apoyo institucional y aprovechó para pedir más delante de alcaldesa y concejales, así como agradecer a los patrocinadores (una auténtica “ensalada de logos”). También reconoció que para progresar y poder jugar en la liga de los grandes, el festival necesita una sección de largometrajes, la cual parece que puede venir en años posteriores. Lo dicho, bastante más humilde de lo que me esperaba.

Las críticas que le llueven al festival de cine vienen precisamente por ser “poco de cine”: no hay sección de largos, la inauguración se celebra en un teatro (como me señaló Tomás Mestre), los premiados tienen más peso en el mundo de la televisión que en el del cine (como apuntó Paco Huesca). En mi humilde opinión, más que una crítica, una reflexión: es raro que en la gala inaugural se entreguen 4-5 premios a diversos actores y directores. En un festival lo habitual es presentar películas, compiten y, de entre ellas, el jurado elige los premios. En el festival de Alicante entregamos los premios antes de ver películas, lo que da una sensación de arbitrariedad que lleva arrastrando el festival desde su creación en lo que a galardones se refiere (en años anteriores, algunos premiados han llegado a declarar a prensa que “no sabían por qué se les daba el premio”). En la gala, encontré cierto sentido al tema: la presencia de los galardonados aporta “glamour” y llama la atención del público sobre la programación de la que se podrá disfrutar durante la semana. Aún así, lo suyo sería conseguir que los nominados vinieran al festival a presentar sus películas y después se eligiera entre ellos a los ganadores en la gala de clausura, algo a lo que se debería apuntar si se logra la ansiada sección de largometrajes.


Por hacer un análisis rápido. Cosas que me gustaron: la humildad que comentaba antes; que el festival se extienda por varias localizaciones culturales de la ciudad (cuantas más mejor); que se de cancha a TV Movies y otros géneros minoritarios (lejos de purismos sobre si son o no “cine auténtico”, el festival tiene que encontrar su hueco e identidad para distinguirse del resto); la existencia de un extenso grupo de voluntarios/as que evidencian un interés e inquietud cultural que ojalá se potencie (¡Vosotros también sois antimenfotistas!); el presentador de la gala, Luis Larrodera, un acierto genial (es bueno, tiene gracia y tuvo momentos muy emotivos al presentar a Chicho Ibañez Serrador, ya que él fue presentador del “1,2,3” en la última etapa que nadie vimos); estar en presencia del maestro, de Chicho Ibáñez Serrador, la persona que demostró que en España se puede hacer suspense y terror a lo “Twilight Zone” aunque el éxito mayoritario le llegara por un concurso (por cierto, iba en silla de ruedas, se le veía muy mayor y a todos nos entró algo de la congoja que te entra cuando ves a una persona muy querida desmejorada).


Cosas que me gustaron menos o que creo que podrían mejorar: la oportunidad de crear sinergias con entidades de Alicante que podrían haber sido afines (ya hay un festival de cine de terror en Alicante, Navidades Sangrientas, con el que no se ha establecido una colaboración, y también hay un taller paralelo de maquillaje de terror para el que no se ha contado con el módulo de FP al uso que existe en el Instituto del Plá); que no haya más programación en cines (se pueden ver películas en los Astoria –seria un pecado si no- y panoramis, además de Club Informacion, Fnac… ¿Por qué no en cines históricos del centro como los Aana o el Navas?); que no haya una sección específica de cortos o películas alicantinos y/o de la Comunidad Valenciana.


¡Antimenfotistas del mundo, uníos!

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