viernes, junio 18, 2010

ALGO ESTÁ CAMBIANDO EN EL GIL-ALBERT - Diario de un Antimenfotista 140



Publicado en “La Verdad” de Viernes 30 Abril 2010
ALGO ESTÁ CAMBIANDO EN EL GIL-ALBERT

Si hace poco más de un año alguien me dijera que estaríamos hablando de esta columna sobre el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert me hubiera echado a reir. En este modesto espacio intentamos poner el foco sobre las nuevas tendecias culturales de la provincia, las iniciativas de artistas y activistas que están cambiando dia a dia un panorama cultural autóctono vilipendiado tradicionalmente por los propios alicantinos (el menfotismo), el nuevo impulso que está dando a Alicante la gente que no se conforma, se arremanga y pasa la acción (los antimenfotistas). El Gil-Albert ha representado el Status Quo cultural contrario a todo ello: institución anquilosada de tufo elitista, con aires rancios y concepciones arcaicas de la cultura, ombligista, que no está ni se le espera en el movimiento cultural de base de la ciudad, auténtico motor actual del importante resurgir de la cultura en Alicante que estamos viviendo. Y así ha sido. Hasta Ahora.

En Febrero del año pasado, Francisco Sánchez era nombrado director del señorial instituto. Sánchez era bien conocido por sus labores como director del CEU de Elche, como gestor cultural y articulista. Llegaba al cargo proclamando la necesidad de abril la institución a la calle y de hacerlo “más trangresor” (algo que, diría un cínico, no era muy difícil dado el nivel de “trangresión” del instituto entonces). Dicho nombramiento no levantó pasiones entre los citados antimenfotistas porque, como ya hemos dicho, hacía ya mucho tiempo que el Gil-Albert no levantaba ninguna pasión entre ellos más allá de los libros sobre jazz de José Bauzá. De hecho, hay toda una generación de gestores culturales y personas interesadas en la cultura que no habían pisado el Gil-Albert en toda su vida. En un año aproximadamente, Sánchez ha conseguido ensamblar un equipo, insuflar sabia nueva al tiempo que conservaba lo que funcionaba, poner en marcha algunas actividades inauditas y, en general, ganarse la atención de la gente que sigue la cultura en Alicante.
Cuando me preguntan que distinge a una institución y programación culturales seria y exitosa de otra que no lo es, señalo cuatro factores. En este momento, el IAC Juan Gil-Albert se halla en posición de poder reunir los cuatro. Son los siguientes:

Primero, tener una política definida, señalada en unos objetivos concretos y públicos. En el caso que nos ocupa, ser un instituto de cultura provincial que extienda sus actividades por su territorio, promover a los artistas autóctonos, reconocer que un punto débil era la falta de conexión con la ciudadanía e intentar paliarla y organizar nuevas actividades que demuestren una concepción abierta y moderna de lo que es arte y cultura.

Segundo factor, la existencia de un profesional, de un Gestor Cultural que tenga una combinación de conocimientos, inquietud y contactos que permita la elaboración de esa política y su desarrollo, dándole los medios y la autonomía necesarios para conseguirlos (y también un punto de valentía para enfrentarse al Status Quo, al como “se han hecho las cosas siempre”).

Tercer Factor, que dicho gestor pueda reunir a un equipo humano entusiasmado por cumplir esos objetivos y que se impliquen en su consecución.

Cuarto, que en su programación se haga incapié en la producción propia, en actividades nuevas ideadas y concebidas por la institución que las genera. Uno, que es profesional de esto de la organización de eventos, sabe lo fácil que es distinguir una programación que “compra” paquetes de actividades o espectáculos a una productora del ramo y que tienen poco de original o creativo. Además, en el caso del Gil-Albert se había abusado del patrocinio puro y duro en detrimiento de la organización de actividades propias.

Sobre este último factor, dos actividades recientes son las que han hecho levantar una ceja al alicante joven cultural en los ultimos meses y volver su vista hacia la Casa Bardín (el palacio de la Calle San Fernando restaurado como sede del Gil-Albert hace un par de años). Una, el ciclo Poetéame, que durante marzo de este año reunió a un músico con un escritor para realizar sesiones conjuntas de música y poesía. Así, por ejemplo, Christina Rosenvinge se encontró con Luisa Castro en la abarrotada sala de conferencias de la Casa Bardín (impensable en los tiempos en que el Gil-Albert ocupaba unas oscuras y opacas oficinas en los bajos de la Diputación), Ismael Serrano e Ignacio Elguero se reunieron en Finestrat y Pereza y Benjamín Prado hicieron lo propio en San Vicente. No es que la idea fuera inédita en Alicante (en el 2009 el ciclo Spoken Word del espacio Camon tuvo un formato similar y en el festival de Poesía Nosomostanraros de L'Escorxador también hubo actividades parecidas), pero aquello pulverizaba las expectativas que se tenían con respecto a la programación del Gil-Albert. Segunda actividad, que tendrá lugar en Mayo: 2 Sillas, unos encuentros entre dos personas del mundo de la cultura y el periodismo en los que ambos dialogarán publicamente sin tema predefinido, a priori interesantes por los nombres reunidos: Esprido Freire y Juan M. de Prada, Jose L. Garcí y Boris Izaguirre, Angeles Caso con Zoe Valdés... este ciclo también se despliega por varias localizaciones de la provincia.

El nuevo equipo del Gil-Albert está conservando algunas iniciativas clásicas como Los Encuentros de Arte Contemporáneo, los encuentros “Miradas” (que invitan a fotógrafos, artistas o músicos a fundir su arte con la música de Ruperto Chapí o la poesía del propio Juan Gil-Albert), los encuentros “Descubre una obra de arte en el MUBAG”, etc... La potenciación y renovación de las mismas, junto a las actividades mencionadas de nuevo cuño, serán las que permitan juzgar si el tren pilotado por Francisco Sánchez llega a su destino. De momento, se han colocado en la vía adecuada. Próxima asignatura pendiente: difusión, llegada al público jóven entusiasta de la cultura y uso para ello de Nuevas Tecnologías e Internet 2.0. ¡Antimenfotizar Alicante!

2 comentarios:

Car dijo...

Sí, però no. Amb Poetéame o 2 sillas han repartit pel territori mitjanament bé la programació, però per exemple, en estiu, autèntic calvari cultural, es concentra tot a la ciutat d'Alacant, saturada ja (per la Diputació) amb el MARQ, el MUBAG i el futur ADDA.

Si volen un festival a Lucentum, que l'Ajuntament es faja càrrec (no tot és mercat medieval en la vida) i la Diputació col·labore, però ja que els equipaments estàn concentrats a Alacant -amb l'Ajuntament amb més capacitat econòmica-, que la programació passe menys per ella.

danilefreak dijo...

Hola Car!

Gràcies pel comentari!

D'acord en que la dipu fa moltes coses a Alacant en Estiu. Tampoc hem de confondre el departamente de cultura de la diputació (gestionat per Pedro Romero, caduc i horrible en la meua opinió) amb l'institut de cultura Gil-albert, que es de la diputació pero te altres responsables (i altra política, pel que es veu).

Ho dic perque alguna de les coses que apuntes son responsabilitat de dipu, pero no del gil-albert. La dipu no es sant de la meua devoció i el gil-albert tampoc ho era. Aquest últim, venc a defendre, mereixa ara el benefici del dubte. En estiu, com be senyales, se han dormit. A vore que fan a la tardor.

Salutacions!

DANI SIMON